[xyz-ihs snippet="ADSENSE---Debajo-de-ficha"] |
El primer avistamiento y que más credibilidad le ha dado a las luces de Lubbock fue el de tres profesores de la Universidad Tecnológica de Texas. Estos se encontraban sentados en un patio de la universidad la noche del 25 de agosto de 1951, cuando vieron un grupo de 20 a 30 luces. Estas eran igual de brillantes que las estrellas, pero más grandes, recorriendo en cuestión de segundos el cielo. Enseguida desecharon la idea de que fueran meteoritos y, mientras discutían, un segundo grupo de luces confirmó su avistamiento.
Descubre nuestra revista-ebook
En colaboración con el canal de conocimiento paranormal Solo para iniciados.
Solo para iniciados Nº3: un especial de la revista sobre señales de vida extraterrestre detectadas en el Sistema Solar.
Más de 40 fichas, informes y pruebas de la presencia constante de extraterrestres!
Las luces de Lubbock se hacen famosas
El 30 de agosto, Carl Hart Junior, estudiante de primer año de la universidad, tomó cinco fotos del fenómeno desde su patio. Tras revelar el contenido del rollo fue directo al periódico local, el Lubbock Avalanche-Journal, donde fueron publicadas. Enseguida, otros periódicos del país se hicieron ecos de la noticia, dándole una gran publicidad al avistamiento.
Ya a finales de septiembre de 1951 los miembros del Blue Book, proyecto designado por la Fuerza Aérea para investigar los informes ovnis, estaba trabajando en el asunto. Tras una larga investigación, anunciaron que las fotos no habían sido manipuladas, pero descartaron que las luces de Lubbock fueran ovnis. Su explicación fue que eran el reflejo de las luces de la calle sobre el plumaje del chorlito, un ave migratoria que pasaba por la ciudad.
[xyz-ihs snippet="Monstruos-cuerpo-central"]
Muy pocos creyeron esta explicación y algunos la pusieron a prueba, fotografiando de noche al chorlito, obteniendo fotos demasiado oscuras. Incluso, en 1956, el antiguo jefe del proyecto Blue Book escribió un libro dónde rechazaba dicha explicación. Aunque insistió en que las luces tenían una explicación sencilla, se negó a revelar cuál era. Como de costumbre, un velo de mentiras y desinformación es más conveniente que la verdad descarnada.