Heliogábalo fue un emperador romano famoso por sus crímenes y excentricidades de todo tipo. Su reinado fue corto y muy intenso, y se inició desde el 218 hasta el 222. En su juventud sirvió como sumo sacerdote del Dios sol El-Gabal en Emesa, ciudad donde nació. Ascendió al poder a los 14 años y lo abandonó, ahogado en una letrina por sus propios soldados a los 18. Dando origen a uno de los reinados más cortos y controversiales de la historia.
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Su nombre como Heliogábalo se le atribuye luego de su muerte. Su reinado fue marcado por su irreverencia, su carácter disoluto, y múltiples escándalos que continúan dando lugar a todo tipo de polémicas hasta nuestros días. Es probablemente el menos conocido de los malos emperadores que marcaron la decadencia de Roma. En parte por lo breve de su reinado sólo de 4 años y por haber sido condenado por el Senado romano al olvido por decreto.
Algunas curiosas excentricidades para empezar
Antes de entrar en materia y ubicar a Heliogábalo en la historia, merece la pena adelantar algunas de sus perversiones. Se dice que en una ocasión regaló grano al pueblo, lanzándolo desde la cima del antiguo templo de Júpiter (ahora Sol). Y que entre el grano había penes amputados.
También creó un Ministerio de la corrupción de la juventud cuyo objetivo era, efectivamente, corromper a los jóvenes.
Y como contrapunto, se dice de Heliogábalo que era un refinado amante de la cocina. Todavía perduran recetas de su reinado, donde el garum, una salsa marina, era muy utilizado. Ahora, los orígenes de este curioso hombre, y después, más curiosidades.
Ascenso al poder
Todo comienza cuando Macrino, convertido en emperador, decide eliminar a la familia de Caracalla, su predecesor asesinado. De esta manera Julia Mesa, sus dos hijas y su nieto mayor, Heliogábalo, fueron enviados a su finca de Emesa. De inmediato la abuela comenzó a tramar un complot para derrocar a Macrino.
Sólo necesitó proclamar que Heliogábalo era el hijo ilegítimo de Caracalla, y una vez ella mostró su riqueza a la Legio III Gallica. Tanto soldados como senadores juraron entonces lealtad a Heliogábalo. Para reafirmar su posición, este asumió los nombres de Caracalla, Marco Aurelio Antonino. Contaba entonces con sólo 14 años de edad.
Macrino huye derrotado hacia Italia, luego de ser derrotado el 8 de junio de 218 en la Batalla de Antioquía por tropas comandadas por Gannys. No obstante, la victoria le supo amarga: Gannys fue capturado y ejecutado, en tanto Heliogábalo declaró la victoria en Antioquía. No contento con tal traición, asumió los títulos imperiales sin la aprobación previa del Senado, violando la tradición. Pero eso era bastante usual entre los emperadores del siglo III.
Perversiones sexuales
Si existe un emperador romano que llevó hasta lo inimaginable sus caprichos sexuales, ese fue Heliogábalo. Para comenzar, tuvo la osadía de reemplazar al Dios Júpiter por el Dios Sol Invicto, encarnado en un betilo con forma de pene. Y obligó a los miembros del senado a participar de los ritos religiosos de los que él era el sumo sacerdote.
Se casó cinco veces, y su segundo casamiento con Aquilia Severa fue todo un escándalo, pues ella era una virgen vestal… Y según la ley romana debía ser célibe durante 30 años. En caso contrario, debía ser enterrada viva. No contento con ello, su quinto matrimonio fue un hombre llamado Hierocles.
Puede ser considerado el pionero de los matrimonios homosexuales. Pues algunas fuentes señalan que se casó además de Hierocles con un atleta griego de nombre Aurelio Zotico. Con el primero tuvo su relación más estable y gustaba llamarlo su marido. Llegço al el extremo de considerarse su emperatriz y además intentó coronarlo como César, sin lograrlo. Disfrutaba mucho que su marido le golpease y se jactaba de los moretones en el senado.
Entre sus excentricidades acostumbraba de maquillarse, usar collares de oro y vestirse como mujer, visitaba los prostíbulos y ejerció la prostitución. Aburrido de las tabernas y los prostíbulos, decidió prostituirse en el Palacio Imperial. Preparó una habitación donde permanecía desnudo. Movía la cortina que colgaba de anillos dorados y se ofrecía a los que pasaban por el corredor.
No satisfecho, prometió riquezas al médico que lograra cambiarle quirúrgicamente de sexo. Aunque sin éxito alguno, Heliogábalo pudiera considerarse el primer transexual de la historia.
Rasgos y detalles de su procedimiento
En su juicio intentó alegar locura, pero recibió cadena perpetua por ocho cargos de asesinato y solo eludió la pena capital por encontrarse suspendida. En la cárcel coincidió con Herbert Mullin, otro asesino múltiple, con quien estaba muy molesto porque decía que “robaba los sitios donde descargaba sus cadáveres”.
Edmund Kemper representa la viva imagen de la sociopatía. Se trata de un asesino que se regodeaba en su práctica: torturaba, golpeaba y para matar utilizó un cuchillo, un arma de fuego o sus manos para asfixiar a sus víctimas. Su perversión no terminaba con el asesinato, pues le seguían la necrofilia y el canibalismo.
Cuando fue arrestado en la adolescencia, tras haber matado a sus abuelos, declaró tener curiosidad por saber lo que se sentía al matar a alguien. A su abuelo, en cambio, lo asesinó, según él, porque sabía que se molestaría por el asesinato de la esposa. Este hombre despiadado permanece aún en prisión.