[xyz-ihs snippet="ADSENSE---Debajo-de-ficha"] |
El hipocampo es un pez de la familia Syngnathidae, llamado también caballito de mar. Su propio nombre deriva como hippos («caballo»), por la forma de su cabeza, y kampos («monstruo de mar»). Este es un pez protector de por sí, pues es el macho quien lleva las crías en su vientre y las protege. Pero su leyenda va mucho más allá.
Según la mitología griega, el Hippokámpê o Hippókampos es un caballo de estatura grande, con la parte inferior en forma de pez o serpiente. Es uno de los símbolos de Poseidón, que los utiliza para tirar de su carro a gran velocidad. El propio Homero los describió en sus obras, y muchos otros poetas y artistas los representaron en sus obras.
Un mito que se expande
No fueron solo los griegos quienes loaron al hipocampo. Los habitantes del archipiélago de Chiloé, ubicado en el sur de Chile, también describían a un caballo normal con el hocico más largo. Este animal tenía crines doradas, patas en forma de aletas, y una gran cola de pez que lo ayudaba a propulsarse a gran velocidad. Su tamaño era variable, desde el de un delfín hasta una ballena. Su piel era verdosa amarillenta, muy oscura.
[xyz-ihs snippet="Monstruos-cuerpo-central"]
Como solo los brujos chilotes podían verlos, eran los únicos que podían montarlos para llegar al Caleuche, un barco submarino donde vive el rey del mar. Aunque eran invisibles para los simples mortales, su proximidad se adivina por las corrientes que se forman en el mar calmo o como salta el agua de forma repentina. Se les consideraba además protectores de los pescadores.
Estos seres, sospechosamente parecidos a los hipocampos griegos, viven solo cuatro años, tras los cuales se disuelven en la espuma. Tampoco dejemos de lado a los kelpies de agua de Escocia. Estos espíritus que habitan los lagos y se transforman en caballos. De esta forma, apartan a los niños de los ojos de agua peligrosos.