Hay películas que marcan generaciones y no hay duda, de que Terminator, estrenada en 1984 y dirigida por James Cameron, es una de estas.
En ella, Terminator es un robot asesino venido del futuro, enviado por Skynet, la inteligencia artificial que domina el mundo, para asesinar a Sarah Connor y acabar con la rebelión humana. La película tiene muchos elementos que marcaron época, pero Terminator, fue el más impactante de todos.
Contexto histórico de la saga
El inicio de la historia de Terminator está ambientada en el año 2029, en un futuro dónde las máquinas de Skynet, una inteligencia artificial y enemigo virtual de la Humanidad domina el planeta. Su principal objetivo es exterminar de una vez la resistencia humana.
Esta es liderada por John Connor, quién es el único capaz de detener a Skynet. Teniendo a John como un objetivo claro, Skynet construye una máquina del tiempo a través de la cuál enviará al modelo T-800 con la misión de matar a Sarah Connor (Lisa Hamilton), la madre de John.
Sin embargo, los planes de la inteligencia artificial no salen tan bien como planeaba. La resistencia ha descubierto su plan y asaltan el recinto dónde está la máquina del tiempo, pero no pueden evitar que T-800 cruce el portal. La máquina está a punto de ser destruida y el John Connor del futuro envía a su mejor amigo, Kyle Reese a 1984, para que salve a su madre. Y, también para que, durante una noche de amor, Kyle se convierta en su padre.
Este hecho produce una paradoja, en la que la causa de la destrucción de Skynet, es haber enviado a T-800 para que eliminara a Sarah. De esta manera obliga a que el Connor del futuro envíe a Kyle, su padre. En este rejuego de líneas de tiempo se ha desarrollado la saga, dónde en cada entrega de Terminator nuevos robots y revelaciones surgen, mientras la trama avanza.
En cada nueva entrega de Terminator, los robots que Skynet usa y diseña se van haciendo más complejos, eficientes y humanos. No por gusto estos robots asesinos se han convertido en uno de los iconos clásicos del cine. Ahora, analicémoslos con un poco más de detalle.
Terminator T-800
Este es el Terminator clásico, el primer androide que Skynet logra infiltrar con éxito en la resistencia humana y que ha aparecido en todas las películas. El T-800 es una máquina diseñada para parecer un humano, posee un endoesqueleto de coltan-titanio recubierto de piel y tejido vivo implantado. Este diseño está pensado para que el T-800 no sea detectado por los humanos, ya que no solo lo parece, sino que suda, sangra y puede imitar voces humanas, siendo solamente los perros quiénes pueden identificarlo.
Sin embargo, estas no son todas las razones por las cuáles fue diseñado así, sino que Skynet descubre en sus primeros experimentos con la máquina del tiempo que todo lo que no esté envuelto en tejido será desintegrado. A estas características se le suma que la piel es capaz de regenerarse y envejecer si el Terminator vive lo suficiente.
Pero de todas, la principal capacidad que incorpora el T-800, es una inteligencia artificial capaz de aprender, y mientras más interactúe con los humanos más aprenderá. Sin embargo, esta es a la vez la principal debilidad de este modelo, ya que los Terminator se vuelven más humanos y menos eficaces en sus tareas de asesinatos.
Por tanto, esta habilidad ha sido desactivada por Skynet, aunque en la segunda película, Sara y John Connor la reactivan, viéndose que los Terminator pueden llegar a tener emociones.
Terminator T-1000
Sucesor del androide T-800, el Terminator T-1000, es el antagonista de la segunda película de la saga. Aquí deberá enfrentarse a Sarah y John Connor, que cuentan con la ayuda de T-800 para cambiar el futuro.
En sí, el T-1000 está compuesto de una polialeación mimética de metal líquido combinada con nanochips que le permiten regenerarse y cambia de forma. Este Terminator es capaz de adoptar la forma de cualquier objeto o persona que toque, así como desarrollar por sí mismo armas simples que no requieran químicos. A pesar de que no posee el endoesqueleto de coltan característico del T-800, es bastante difícil de eliminar.
El T-1000 posee las mismas habilidades cerebrales que el T-800, así como la misma capacidad de aprendizaje, sin embargo, solo posee un modo de funcionamiento: autónomo. Esto quiere decir, que a diferencia de los otros Terminator, Skynet no tiene control sobre el T-1000. Por tanto, sin una motivación adecuada, la actuación del T-1000 puede ser rebelde o ir en contra de los intereses de Skynet.
T-X
Aparece en la película Terminator 3: La rebelión de las máquinas. Tiene como el T-1000 un endoesqueleto construido de Polyalloy mimético, pero lleva incorporados varios tipos de armas a distancia y tiene la capacidad de controlar los sistemas electrónicos con virus. Su arma de elección es un cañón de plasma localizado en su brazo derecho.
Puede identificar a una persona a través del análisis de su ADN y conectarse a los sistemas informáticos de forma remota, imitando los tonos de un módem.
T-3000
Surgido en la quinta entrega de la saga, el T-3000 tiene como única misión la de proteger y asegurar la supervivencia de Skynet. El T-3000, es en realidad John Connor, que ha sido infectado con nanomáquinas, por “Alex,” que es Skynet, en forma del T-5000. El T-3000, es diferente al resto de los Terminators, ya que él mismo se describe como ni máquina, ni humano. Siendo identificado por el T-800 reprogramado que ayuda a Sarah como un compuesto de materia en fase de máquina.
Las habilidades del T-3000 son muy avanzadas, incluyendo las ventajas tanto de robots como de humano y casi ninguna de las debilidades de los mismos. Este es capaz de regenerar rápidamente partes perdidas de su cuerpo, dividirse en partículas mientras lucha y luego reconstruirse. Sus habilidades de transformación superan a las del T-1000 siendo capaz de adoptar cualquier forma. Todo esto se combina con la capacidad de usar los recuerdos humanos de John, siendo en esencia, una máquina que piensa como humano.
Aunque puede parecer el Terminator más formidable de toda la saga, el T-3000 es inferior al T-5000, ya que carece de la habilidad de infectar a otros y crear más como él. Es también sensible a los campos magnéticos fuertes que pueden inhibir su capacidad de regeneración y el poder transformarse. Un campo magnético lo suficientemente poderoso podría acabar con él, pero es muy difícil engañar a este androide.