La agencia espacial japonesa, la JAXA, ha sido siempre un agente secundario en la industria aeroespacial, pero sus experimentos no han pasado desapercibidos. Hoy nos fijamos en IKAROS, una sonda espacial impulsada, en parte, por una vela solar. Su destino en 2010: Venus.
¿Qué es una vela solar y cómo funciona?
Este tipo de propulsión, en de la vela solar, se está estudiando para viajes a muy gran escala. La lógica de las velas solares es muy parecida a la de los barcos de vela. Lo que impulsa a las velas solares es el viento solar. El viento solar no es otra cosa que fotones y partículas de alta energía que se mueven por el espacio.
Así, IKAROS utilizó el empuje del viento solar emitido por el sol para llegar a Venus en unos seis meses.
Existe, por otro lado, una variante de la vela solar, que sería la vela láser. En este caso, todavía no probado (pronto se hará), la sonda de la vela es impulsada por un laser disparado desde la superficie de la Tierra o desde una base en el espacio.
Características de IKAROS
IKAROS fue lanzada en 2010 junto a la sonda PLANET-C con destino a Venus. Se trataba de la primera sonda del mundo impulsada por una vela solar, un nuevo tipo de tecnología que no requiere del consumo de combustibles fósiles. De hecho, IKAROS significa: «Kite-Accelerated Interplanetary spacecraft by Radiation from the Sun». En castellano: «Nave espacial interplanetaria propulsada por radiación solar».
La nave fue construida por Mitsubishi Heavy Industries, y cuenta con una vela cuadrada repleta de celulas solares que tiene un lado de veinte metros. El grosor: 32,5 micras. Es decir, es una vela solar hiperfina. Por otro lado, el método de despliegue de la vela también es eficiente: aprovecha la fuerza centrífuga generada por la propia nave.
El viaje y la misión a Venus
La nave espacial se lanzó el 20 de mayo de 2010 desde Yoshinobu. Llegó a Venus en seis meses gracias al empuje de la vela solar (aunque montaba también con un motor de apoyo en este caso). Realizó entonces un sobrevuelo a 80K kilómetros de la superficie del misterioso planeta.
Se trata de los primeros experimentos de una tecnología que se piensa a muy gran escala y para viaje todavía más lejanos. El viajar a otra estrella, por ejemplo, podría ser factible en términos de «combustible necesario», gracias a tecnologías como estas. Geoffrey Landis, del MIT, ha diseñado una posible nave con una vela de varios cientos de kilómetros de longitud. En ella, una tripulación podría viajar durante siglos. Aproximadamente dos siglos.