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El fuego fatuo ha sido a lo largo del tiempo un misterio, al que se le suman leyendas de todo tipo. Aparecen en los cementerios y sobre qué son en definitiva hay varias especulaciones científicas y naturalistas. Unas avaladas por la comunidad científica y otras no tan probables.
Desde un punto de vista científico y naturalista, la oxidación del fósforo y los gases de metano por la descomposición de materias orgánicas puede provocar estas luces brillando en el aire. Aunque no explica por qué bajan vuelan arriba y abajo o se mueven contra el viento.
Otras explicaciones basadas en fenómenos eléctricos explican el movimiento aparentemente libre atribuido a las luces o fuegos fatuos. Y la reacción de éstas ante objetos cercanos, incluidos los seres humanos.
¿Qué es el fuego fatuo?
Como fuego fatuo se ha dado en llamar a pequeñas llamas de color blanco luminoso o verde que se pueden ver sólo en las noches, a poca altura sobre el suelo. Su aparición es atribuida a la combustión de algunos compuestos, entre ellas, el fósforo. Una segunda teoría dice que los hongos bioluminiscentes o la fosforescencia de la sal de calcio que tienen los huesos podrían ser los que provocan este fenómeno.
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Si bien no se conoce qué provoca la combustión de estos compuestos, algo sí es irrefutable. Las luces o fuego fatuo sólo aparecen en sitios donde son comunes plantas o cuerpos en descomposición. Como por ejemplo son los cementerios.
Este hecho ha provocado que el imaginario colectivo haya dado lugar a diferentes historias sobrenaturales y leyendas relacionados con los fuegos fatuos. Desde su atribución a almas en pena hasta conclusiones más fantasmagóricas. Entre ellas, está el de atribuirlos a almas de niños no bautizados que moran en el limbo entre el cielo y el infierno.
Os dejamos aquí con un vídeo de un fuego fatuo grabado a pleno día en las afueras de un cementerio:
El fuego fatuo en los cementerios
Estas luces se encuentran en los pantanos y los cementerios, se observa en la noche y quienes lo han visto afirman que se alejan mientras más se intenta llegar hasta ellos. Desde tiempos inmemoriales existen tantas leyendas en torno a los fuegos fatuos, que están tan arraigadas que muchas personas no explicaciones científicas. Sino que los asumen como las almas de los seres fallecidos.
Existe una leyenda proveniente de la cultura popular gaélica y eslava, en las que se cree que los fuegos fatuos son espíritus malignos de muertos o seres sobrenaturales que tratan de desviar de su camino a los viajeros, para llevarlos a un destino incierto o a la muerte. Otra de las leyendas, proveniente esta vez del folklore japonés, es la del Hitodama, que repite el mito desde la lejana Asia. Esta palabra se traduce como “alma humana”. Habita en los cementerios como fuegos fatuos demoniacos que alejan a los caminantes de su destino.
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El fuego fatuo también ha tenido un sentido benéfico, donde algunas leyendas lo asocian a una luz que ilumina y guía para encontrar una cura, un tesoro o hallar el camino correcto. Pero en la mayoría de los casos su sentido es negativo, achacándole la desorientación, la locura o la muerte de aquel que los persiga